Ligera
Gracias a su estructura interna altamente porosa, la Arcilla Expandida Laterlite posee densidades muy reducidas (de 330 kg/m³).
Resistente
La cáscara rígida clinkerizada que envuelve los gránulos los hace muy rígidos, resistentes a la compresión (hasta 12 N/mm) e ideales para la producción de morteros y hormigones (según EN 13055-1), incluso de alta resistencia estructural (según EN 206-1 y el Eurocódigo 2).
Aislante térmico
La densa red de cámaras de aire le confiere valores de conductividad térmica Lambda reducidos (de 0,09 W/mK). Es ideal para aplicaciones de aislamiento térmico ( según EN 14063-1).
Incombustible y resistente al fuego
La Arcilla Expandida Laterlite es un producto 100 % mineral y no combustible, con una reacción al fuego correspondiente a la Euroclase A1 (según EN 13501-1). Resiste al fuego, no se funde, no produce humos ni gases tóxicos y no se deteriora, incluso en caso de incendios muy graves.
Se usa generalmente como materia prima de prefabricados y materiales resistentes al fuego y refractarios.
Absorción del ruido
Gracias a su estructura celular y porosa, la Arcilla Expandida Laterlite posee buenas propiedades acústicas.
Se usa generalmente para producir bloques, prefabricados con propiedades aislantes y absorbentes del sonido, como por ejemplo las barreras acústicas.
Duradera
La Arcilla Expandida Laterlite no contiene materiales de origen orgánico, no puede ser atacada por parásitos ni microorganismos y resiste a condiciones extremas de temperatura y humedad. Mantiene sus características intactas bajo la acción de ácidos o disolventes y del hielo. En efecto, se trata de un material imperecedero.
Respetuosa con el medio ambiente
La Arcilla Expandida Laterlite no contiene sílice, materiales fi brosos, gas radón u otros componentes perjudiciales para la salud: está certifi cada por el Instituto ANAB-ICEA para su uso en el campo de la construcción ecológica.
Se produce a partir de una materia prima que se encuentra en abundancia en la superficie terrestre, la arcilla, cuya extracción se limita al mínimo gracias a su expansión en hornos (hasta 5 veces).
Los combustibles fósiles necesarios para su producción se han sustituido por biomasa y productos reciclados para reducir las emisiones.