En las zanjas y cubiertas de protección contra las caídas de rocas, en pistas de frenado en carreteras y trampas de grava en circuitos, así como en todos los sistemas de “protección pasiva”, la arcilla expandida a granel es un medio excelente para la disipación de la energía cinética durante los impactos. En efecto, el reducido peso específico de sus granos, lo hace un material muy deformable y mucho más eficaz que los áridos pesados como la grava.
Gracias a estas características se utiliza en las carreteras e infraestructuras para diferentes finalidades:
- Cubiertas y zanjas de protección contra desprendimientos y aludes: la arcilla expandida a granel se utiliza en las estructuras que protegen las zonas viales o ferroviarias, en las que pueda haber riesgo de desprendimiento de piedras, puesto que éstas tienden a hundirse en ella y les cuesta resurgir.
Respecto a su uso en lugar de la grava, reduce significativamente las cargas permanentes y, gracias a la eficaz disipación de energía, transmite menos acciones dinámicas a las estructuras, permitiendo la realización de cubiertas de cemento armado más ligeras y menos armadas.
- Zonas de frenado de emergencia: en los tramos caracterizados por largas bajadas de acusada pendiente existen a menudo pistas de frenado para vehículos en dificultades. Al final de estas pistas un lecho de arcilla expandida garantiza la disipación de la posible energía cinética residual de los vehículos, que se ralentizan y se detienen.
- Trampas de grava de circuitos automovilísticos y de motocicletas: la arcilla expandida se utiliza a fin de ralentizar coches y motos en las trampas de grava de las curvas más peligrosas de los autódromos de todo el mundo.
- Protección de puntos peligrosos: la arcilla expandida Laterlite se utiliza en diferentes sistemas de protección y atenuación del impacto (conformes a la EN1317) en puntos peligrosos en infraestructuras viales como pilares, parapetos, pasos en guardarraíles y construcciones (garitas, cabinas, etc.).
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